Descripción:
Me ha pasado que durante la mayor parte de mi vida para moverme por el mundo, física y emocionalmente he utilizado las herramientas que para mí eran conocidas y me daban buen resultado, a saber, el ser un buen chico, ser trabajador, ser complaciente, simpático, escuchar al otro, entender, esforzado…….. De lo que no me di cuenta es que este “paquete” de habilidades también venia junto con otras que no me eran muy beneficiosas, el juicio hacia el otro, la superioridad con la que me colocaba frente a las personas, lo estructurado que quería que fuese todo, el no sentir…… No habría supuesto ningún problema si no fuese uno de los motivos que me ha llevado a perder y estar lejos de las personas que quiero.
No ha sido fácil, ni lo es, el darme cuenta de que todos los juicios, el colocarme en un lugar superior, el ser duro, el querer entenderlo todo, ha sido un mecanismo de defensa para no aceptar mi parte más débil, mi vergüenza de no ser el ideal que tenía sobre mí, a no poder con todo, en definitiva para no aceptar que la realizad es como es y yo soy lo que soy, ni más ni menos.Aceptar esto me ha permitido acercarme más a las personas, empatizar con ellas y sobre todo me ha permitido VERLAS, poder VERLAS con lo que son, con su luz, con su parte sana y vibrante, y también poder ver su sombra, sentir sus ilusiones no cumplidas, las decepciones, el niño o niña que quería ser astronauta, bombera o jardinero y que no lo fue.
Conectar con mi parte más tierna me ha ayudado a estar mejor conmigo y con los/as demás.
Por todo esto creo que es importante que seamos capaces de bajar un poco, parar, escuchar un poco más, estar más presentes con nosotros/as y con el otro, sin arreglar nada, sin solucionar nada, y dándonos cuenta que los comportamientos de los/as otros/as no van contra nosotros. Si somos capaces de ver al niño/a del otro/a, si podemos sentir que compartimos camino y que no siempre somos hábiles en las relaciones, que a veces nos exaltamos, gritamos, no escuchamos o callamos y no decimos, esto es porque puede que nos genere miedo, inseguridad o porque no sabemos cómo se hace eso y ese comportamiento no es contra nadie, es que no sabemos hacer las cosas de otra manera, como decía Alain Vigneau “Es que somos tan patosos”.
Conectar con la parte frágil y tierna que llevamos dentro nos puede acercar a la parte frágil del otro/a, a sentir y vernos desde un lugar de más amor, de más luz. Este siento que es mi camino y desde donde creo que puedo ofrecer.
Un tierno abrazo
Guillermo Delgado